Un fuerte pero corto repecho para acceder a la carretera de dos carriles por su izquierda
El pistoletazo de salida de la 53 edición  de la máxima fiesta del running popular en Gipuzkoa, la Behobia-San Sebastián, se dará el domingo y este año las atletas supondrán una de cada cuatro participantes. Fernando Ibarreta, productor ejecutivo de la Behobia, lo tiene muy claro: «Nos hemos puesto como reto conseguir en 2025 una paridad total, algo que ya sucede en muchos paÃses europeos».
Según un estudio de la Universidad de Deusto, el colectivo femenino es el que se muestra más satisfecho de su participación en la pasada edición. Ibarreta asegura que «este estudio ha demostrado que el papel de la mujer en la Behobia cada vez es más significativo. Nos hemos puesto como serio compromiso llegar a 2025 con 50% de participación femenina. En esta edición hemos hecho promociones especiales para atraer a grupos de mujeres».
Pasito a pasito, las mujeres van ocupando más espacio en una carrera que tiene la exigencia de un perfil complicado de unos 20 kilómetros y que avanza hacia la paridad .
Recta totalmente llana que discurre junto al rÃo Bidasoa y que lleva a los atletas hasta las inmediaciones de Irun
Tramo con ligeras pendientes por el centro de la ciudad en la que el público se agolpa en las cunetas para animar a los corredores
Recuerda, la salud es lo primero
Llegan los primeros toboganes a medida que la carrera se acerca a Ventas
En ligera bajada, últimas zancadas tras salir de Irun y después de haber pasado por el alto de Arretxe (Km 3'4)
Lander Castro, entrenador personal, y Gabriela Uriarte, nutricionista, explican cómo afrontar las últimas horas previas a la prueba según las caracterÃsticas de cada corredor. Cómo tienen que ser los últimos entrenamientos, qué tipo de estiramientos realizar o lo que hay que comer en los momentos clave para no tener dificultades ante los 20 kilómetros de carrera.
Terreno favorable y en bajada para recuperar un poco antes de enfrentarse a las rampas más temidas, las de la subida a Gaintxurizketa
Un fuerte pero corto repecho sirve de acceso a las rampas de Gaintxurizketa
Los hermanos Josu y Javi Vallés Pescador todavÃa recuerdan con cariño aquel 13 de noviembre de 1983. TenÃan 12 años y, a pesar de su temprana edad, participaron en la Behobia-San Sebastián. Y volverán a correrla.
Parte principal de la subida a Gaintxurizketa en la que es importante adoptar un buen ritmo y no cebarse
Último esfuerzo para coronar Gaintxurizketa con el impulso y los ánimos del público; comienza la bajada hacia Errenteria
Tan importante es encontrar un ritmo para subir las cuestas como para bajarlo; si aciertas es un tramo para recuperar y disfrutar
Se mantiene el terreno favorable; en Lintzirin está el ecuador de la carrera
La experiencia de Juan Mari Garin se vuelca en en Asier Perea, que este año participa por primera vez en la carrera guipuzcoana
En las inmediaciones de Errenteria comienza el tramo más llano de todo el recorrido
Los organizadores debieron suspirar cuando comprobaron que la hemorragia, en forma de descenso de participantes, habÃa cesado. Prácticamente repiten cifra. Buenos datos. Pero atención porque este pulso a la tendencia en negativo de las carreras de asfalto, aún hay que ganarlo. Eso sÃ, la Behobia ha logrado anclarse en el sobresaliente escalón de carreras de más de 30.000 atletas y han convertido la crisis en una búsqueda de oportunidades para que la energÃa no decaiga.
No fue fácil asimilar como el pasado año la Behobia no crecÃa tras dieciséis años consecutivos marcando records. Y quien diga lo contrario miente. Quizás se buscaron respuestas externas, generalistas, lo sucedido en 2015, el nacimiento de alternativas, el cambio de objetivos de los más jóvenes...
El club Fortuna también supo remover en la base de su propia carrera para encontrar soluciones a lo que podÃa ser un peligroso cambio de paradigma deportivo-social. Buscaron esos nichos de corredores que no habÃan aún apreciado los valores de la B/SS, por ejemplo Madrid. La promoción era clave. El resultado está llegando. Un 20% de corredores madrileños más que hace un año. Resultaba sorprendente que Cataluña habÃa adoptado a la Behobia como una de sus carreras preferidas incluidas las catalanas, y sin embargo un nucleo tan desarrollado en el mundo de la ruta como es Madrid tuviera una representación famélica en relación a su población y el número de runners.
Los movimientos de la organización en los últimos años: deportivos como la creación de las behobias txiki y gazte; la fortaleza solidaria; la apuesta por la mujer; el mimo al popular... son un semillero de apuestas ganadoras. El buque navega con poderÃo.
Antxon Blanco
Aplausos y ánimos no van a faltar en el tramo que atraviesa la Alameda de Errenteria
La Filmoteca Vasca tiene entre sus fondos estas bellas imágenes de la edición celebrada el 9 de noviembre de 1980, a su paso por la entrada al puerto de Pasajes. En ellas pueden verse, entre otros atletas, a los hermanos Juan Mari y Peio Garin, además de a MarÃa Luisa Irizar. Los ganadores fueron precisamente Juan Mari Garin (con un tiempo de 1:03:26) e Irizar (1:22:35).
La salida de Errenteria guarda una pequeña trampa en la subida de Capuchinos: una corta e intensa rampa que se deja sentir en la musculatura
Antes de llegar a la bahÃa y el puerto de Pasaia hay que superar los últimos metros ascendentes y duros de Capuchinos
Tener alguna discapacidad no es obstáculo para participar en la Behobia – San Sebastián. Asà lo demuestra Rafa, quien pese a sus grandes problemas de visión prepara con ilusión su participación en la carrera.
Una pequeña subida y su correspondiente bajada sirven de entrada por Buenavista a San Sebastián
El alto de Miracruz asoma en el horizonte; un kilómetro para encarar el último ascenso de la jornada
El doctor Haritz Esnal ofrece varias pautas básicas para disfrutar de la carrera y evitar que la salud del corredor no se resienta ni durante ni tras la misma.
Superado el alto de Miracruz la silueta de la ciudad asoma en el horizonte; comienza la bajada por la Avenida de Ategorrieta hacia Gros
Cantaban 'Los del RÃo' que «Sevilla tiene un color especial». Lo decÃan porque no conocÃan la Behobia-San Sebastián, esa carrera de los mil y un colores especiales. Tiene tantos como corredores; cada uno con su historia, con su reto, con su razón para enfrentarse, en uno de esos 'sinsentidos' de la vida, a veinte kilómetros de 'sufrimiento' que solo aquellos que deciden correrla saborean... El que tiene como objetivo ganar siempre podrá contar cómo lo consiguió o cómo se le escapó la gloria en el Boulevard; el que sueña con alcanzar la meta siempre podrá recrearse en los kilómetros y kilómetros que tuvo que hacer los meses previos para lograrlo.
DecÃa Haruki Murakami en 'De qué hablo cuando hablo de correr' que «las carreras de larga distancia han ido educando y formando (en mayor o menor medida, para bien o para mal) a esta persona que soy yo ahora. Asà que, en adelante y mientras me sea posible, tendré que seguir viviendo y sumando años junto a todo lo que tenga que ver con ellas». Lo dice todo. La Behobia es una carrera que gente de todas las edades corre año tras año. Incluso hay quienes no pueden usar la combinación de sus dedos de los pies y de las manos para contabilizar las ocasiones en las que se han dado cita en noviembre para participar. Se han ido «educando y formando», como destacaba Murakami, generalmente para bien. La Behobia les ha visto crecer. Y, por supuesto, lo seguirá haciendo.
La Behobia, a fin de cuentas, es una carrera especial. Con su color inclasificable. Con su pincelada por aquà y su brochazo por allá de miles de corredores que, aunque jamás hayan pintado, dibujan sobre el asfalto guipuzcoano una vez al año una obra de arte llamada Behobia-San Sebastián.
Karel López, periodista
La carrera entra en el tramo final en el que el atleta encuentra terreno favorable
Los dos últimos ganadores de la Behobia – San Sebastián relatan cómo fue su experiencia en todo el recorrido y al recorrer la recta de llegada en solitario.
Entre el aliento y los ánimos del público que abarrota el recorrido, el atleta encara el tramo ligeramente ascendente de la Avenida de Navarra para llegar hasta la recta de la Zurriola
Más que una carrera, pero también más que el desafÃo personal de cada uno de los miles de participantes. La Behobia – San Sebastián tiene un peso creciente a nivel social, cultural y económico en nuestro territorio. Pocas personas hay que no la conozcan dentro de Gipuzkoa y cada vez menos en el entorno más cercano. Miles de franceses, vizcaÃnos, alaveses y navarrosson asiduos de una carrera que también viven como propia. Y qué decir de los catalanes, que hacen un puente terrestre para desplazarse dos dÃas a vivir entre nosotros con la carrera como excusa.
Una carrera que ha ensanchado en los últimos años su recorrido hasta ocupar espacios y tiempos más allá de lo deportivo. Cualquier localidad cercana a Donostia o Irun nota en cada esquina que se acerca noviembre… decenas de 'runners' recorren cada esquina de nuestras localidades las semanas previas. La prueba centra conversaciones no solo en gimnasios y polideportivos, sino en cenas de cuadrillas o comidas familiares. «¿Te has animado este año, entonces?» ¿Y quién no conoce a un puñado de personas que van a participar? Pocos.
Se amplÃa la prueba a los dÃas previos, pero también en el espacio que ocupa en la vida diaria hasta explotar en un fin de semana digno de agosto, con miles de participantes y acompañantes que pueblan las calles y las terrazas. Una Behobia – San Sebastián que impacta y genera a su paso un regero de dinero también: En 2014 un estudio de la Universidad de Deusto cifraba el gasto directo por corredor en 337 euros, elevando la cifra final a 7,7 millones. Y nada menos que 6,1 millones más de gastos indirectos, del que se benefician fundamentalmente la hostelerÃa (68%) y el comercio (18%). Un total de 14,9 millones de euros generó la Behobia – San Sebastián en 2013, una cifra que sin duda se ha quedado corta en posteriores ediciones.
Apenas 1.000 metros para culminar el reto; los aplausos llevan en volandas a los corredores por la Zurriola y el puente del Kursaal hasta cruzar la meta
Los 20 kilómetros dan para muchas miradas sobre la misma. Todos ellas estarán el dÃa de la carrera en:
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